Lo ve todo con claridad. Sus dudas se despejan, la incertidumbre y el miedo ahuyentados son por este instante de lucidez. ¿Por qué ahora? ¿Por qué en la agonía? Frustración. Y recuerda entonces que hace 81 años, cuando por vez primera sus pulmones se llenaron de aire lo sabía todo, lo oculto, lo evidente, el origen, la verdad… Pero entonces también hubo frustración, porque no conocía el lenguaje humano ni supo como hacerse entender. Creció. Sin darse cuenta todo fue tiñéndose de olvido. Se convirtió en uno más de ellos hasta hoy que, en la agonía, en la liberación, en el desapego, sin voz y sin tiempo, lo ve todo nuevamente con íngrima claridad.
Si pudiera quedarse a ver ese todo... pero la vida, las palabras y la muerte siempre vienen y van. No sé por qué es tan doloroso ser libre y la claridad.
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