9 de julio de 2010

ANIMAL HERIDO


El Dragón escupió su fuego amargo

el que otras veces, triste y dolorosamente,

simplemente se tragaba.

Hizo daño, lo sabe;

se lamenta aunque eso nada remedia.

Esta herido hace tiempo,

sangra sin darse cuenta,

y todos saben que un animal herido

es peligrosamente impredecible.

El Dragón llora con lágrimas que arden

más aún que el fuego que de su boca brotó.

Nada alivia el dolor;

tal vez mañana el olvido lo disipe un poco.

El Dragón se sabe ni bueno ni malo,

lo que realmente lo lastima es encontrarse

tan igual, tan humano, tan hombre.

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